Fue un viaje a Santiago, hace unos 30 años, el que inspiró a Marisol Matus a emprender, cuando se topó con el negocio del mote con huesillo en las calles de la capital, y decidió replicar esa idea con una receta propia, en la ciudad de Valdivia.
- ¿Qué fue lo más difícil en el camino de concretar el proyecto?
- ¿En qué consisten los productos o servicios que ofrece?
- ¿Qué es lo que diferencia a su emprendimiento de otros similares?
- ¿Cómo se ha visto afectada su empresa debido al estallido social y posterior pandemia del coronavirus?
Nosotros vendíamos nuestro mote en la costanera, y con la pandemia tuvimos que dejar de hacerlo, tuvimos que reinventarnos, a trabajar con redes sociales y delivery para así buscar clientes y continuar con nuestro negocio.