Mediante este método investigadores de la UACh ya han detectado y georreferenciado especies muy difíciles de localizar.
La huiña, güiña o gato colorado, es un felino muy difícil de observar, sin embargo, eso ya no es problema para los investigadores de la Universidad Austral de Chile, quienes formaron un grupo interdisciplinario con el que reconstruirán la biodiversidad de mamíferos, aves, peces y an bios que existen en la región, a través de la técnica del ADN ambiental.
El ADN Ambiental (eDNA) y secuenciamiento masivo, permite conocer qué animales habitan los distintos puntos muestreados de la Región, esto se logra determinando el orden de los cuatro componentes básicos químicos, llamados “bases”, que forman la molécula de ADN, sirviendo como tarjeta de presentación de las especies que han estado en el agua. Esta tarjeta es única para cada especie.
Los investigadores esperan encontrar aquellos individuos que son difíciles de detectar con técnicas tradicionales, como es la observación directa. El ADN se puede obtener, por ejemplo, de la descomposición de organismos, de excremento, a través de la mucosa intestinal, óvulos y espermatozoides.
Provisto de guantes, pinzas y sobre una lancha, el Dr. Pablo Saenz, del Instituto de Ciencias Ambientales y Evolutivas (ICAEV) y académico del Doctorado de Ecología y Evolución de la Universidad Austral de Chile, concluyó la primera etapa de muestreo, la cual consideró 58 puntos que se distribuyeron a lo largo del humedal río Cruces, sus a uentes y también humedales urbanos de Valdivia, alcanzando más de 150 km2.
“En cada punto de muestreo se recolectaron aproximadamente tres litros de agua. Ahora comienza el proceso de análisis de las muestras. Con eso podremos detectar qué especies viven en determinados sectores del humedal”, finalizó el investigador.
El Dr. Saenz explicó que todos los organismos vivos liberan ADN al ambiente. En este caso, el agua de los humedales se convierte en una especie de reserva de moléculas de ADN. Las moléculas que se recolectan en los muestreos de agua se analizan por medio de su secuenciación.
“Son muchos litros de agua que permitirán reconocer zonas donde habitan las distintas especies. Esperamos detectar especies que han sido poco estudiadas en el área e incluso que no se han registrado avistamientos” expresó el investigador.
El Dr. Mauricio Soto, quien también está trabajando en la identificación de especies en el proyecto, mencionó que algo importante es contar con una buena colección de secuencias de ADN publicadas, “esto permitirá comparar con las muestras que estamos analizando”, y destacó que esta técnica no depende de las restricciones logísticas tradicionales, por ejemplo, de observación de aves, que uno se enfoca solo en una especie en el mismo tiempo que con el ADN ambiental puede tener un abanico inmenso de especies que viven en un lugar.
Además de especies nativas, se espera identificar la presencia de especímenes introducidos, como es el visón, ratón colilargo, y los salmónidos. En los siguientes meses se entregarán los resultados de esta primera etapa y, cuando se analicen todas las muestras, se generará un mapa con los distintos puntos de muestreo y las distintas especies identi cadas a través del ADN ambiental.
