Maritza Álvarez es una madre que con determinación y la creatividad se ha convertido en una emprendedora de tejidos, brindando apoyo a su familia y a su hijo.
Cuando su hijo perdió la capacidad de caminar Maritza se vio en la necesidad de buscar soluciones para cubrir los costosos gastos médicos y terapéuticos que esta condición implica. “Lo que tiene él no es barato, es bastante caro”, enfatiza Maritza.
Con importante determinación, Maritza decidió emprender un camino en el mundo de la confección y decoración a través del tejido. Utilizando la técnica del crochet con hilo, crea una amplia variedad de productos, desde chalecos hasta frutillas para sujetar la soya, cactus decorativos, portavasos y artículos decorativos variados. Su destreza en el tejido y su pasión por los detalles hacen que sus creaciones sean únicas y de alta calidad.
En un esfuerzo por brindar oportunidades a su hijo y otros niños con discapacidades, Maritza también destaca la necesidad de que las estructuras escolares se adapten adecuadamente para recibir a estos estudiantes. “Los colegios deben adaptarse para recibir a niños con silla de ruedas y para aquellos que requieren apoyo especial”, subraya Maritza, aludiendo a la importancia de una educación inclusiva.
La historia de Maritza Álvarez es un ejemplo inspirador de resiliencia, emprendimiento y amor incondicional. Su dedicación para apoyar a su familia y a su hijo, así como su talento para crear prendas y decoraciones tejidas, la convierten en una madre cuidadora y emprendedora que demuestra que el espíritu humano puede superar cualquier obstáculo.
