Ainhlú: Transformando adversidades en arte y conciencia ecológica | Periódico Los Ríos

Ainhlú: Transformando adversidades en arte y conciencia ecológica

Ainhlú es un proyecto encabezado por Ainhoa Olazaran y Luis Riquelme, que se erige como el resultado orgánico de la atención mutua y el reciclaje.

En cuanto a antecedentes, Ainhoa comparte su experiencia personal de convivir con Trastorno por Déficit Atencional e Hiperactividad (TDAH) de tipo combinado, mientras que su hijo pequeño es autista y su hija, a su vez, padece de TDAH con un fenotipo ampliado de autismo.

El año 2020, previo al advenimiento de la pandemia, marcó un punto de inflexión con el diagnóstico de Ainhoa: Artritis, Artrosis y Estecondrosis en la columna vertebral, agravados por discopatías, hernias y una serie de secuelas de accidentes previos. Buscando tratamiento, Ainhoa se trasladó a Santiago, dejando tras de sí las limitaciones físicas y cuidando de su hijo de 2 años, quien ya había sido diagnosticado con autismo y que experimentaba crisis autolesivas recurrentes. Además, el confinamiento impuesto por la pandemia acentuó los desafíos.

En este contexto, Luis, brindando apoyo en cuidados a Ainhoa y a sus hijos, tomó la iniciativa de convertir su hogar en un lienzo decorativo. La idea inicial fue utilizar la decoración como terapia emocional y como medio para mantenerse activos. Sin acceso a recursos significativos, Luis, que demostró un compromiso con la ecología, sugirió aprovechar materiales desechados, reciclaje y objetos descartados para sus creaciones.

Las redes sociales se convirtieron en plataformas para exhibir sus trabajos y sus esfuerzos en recolectar y transformar basura. Esta iniciativa iba más allá de lo estético, abrazando la noción de que -lo que muchos consideran desecho- podría ser reinventado en formas hermosas. Al mismo tiempo, esta evolución artística iba de la mano con su propia transformación personal.

El proyecto no solo logró contribuir al bienestar del planeta, sino que también adoptó una perspectiva circular: aquellos que donaban materiales para la causa recibían creaciones únicas que incorporaban elementos reciclados. Desde cuadros hasta portaincensarios, los artículos producidos y compartidos en sus redes contenían un toque de la contribución original de reciclaje.

Con el tiempo, Ainhlú comenzó a recibir consultas para rediseñar espacios en otros hogares y crear arte a partir de objetos pertenecientes a familiares fallecidos. Esta nueva dirección culminó en la creación de cuadros hechos con materiales reciclados y elementos significativos de las personas honradas.

Además, Ainhlú expandió su alcance al ofrecer talleres de manualidades para niños. Guiados por los diagnósticos presentes en la vida de Ainhoa y sus propios hijos, incluyendo amigos de estos que también vivían en el espectro autista, el proyecto decidió ofrecer talleres diseñados especialmente para los más jóvenes. Estos talleres no solo nutrían la creatividad, sino que también proporcionaban beneficios terapéuticos y fomentaban una conciencia ecológica temprana.

En última instancia, Ainhlú logró llevar la experiencia de transformación y la sensibilización ambiental a los niños, sembrando las semillas de un futuro más amigable con el planeta.

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