La idea de este emprendimiento surgió cuando Grethel Wehrt se dio cuenta de que no podría ejercer su profesión de ingeniera al tiempo que cuidaba a su hijo. Esta realidad la impulsó a buscar una solución que le permitiera equilibrar su rol de madre con la necesidad de generar ingresos. “Quería compatibilizar la maternidad, asistir a las terapias de mi hijo y sentirme empoderada al llevar a cabo una actividad productiva”, comentó.
Sin embargo, el camino hacia el éxito no ha sido fácil. Grethel ha enfrentado la incertidumbre inherente a la naturaleza fluctuante de los negocios inmobiliarios. “La mayor dificultad es que no depende solo de mí que los negocios se concreten. La inestabilidad y la imprevisibilidad de los ingresos mensuales han sido un desafío constante”, explicó.
A pesar de estas adversidades ha logrado ganarse la satisfacción y el aprecio de la comunidad. Sus clientes, tanto vendedores como compradores, así como aquellos involucrados en arrendamientos, han elogiado su profesionalismo y dedicación.
Lo que distingue a este emprendimiento es la experiencia y las herramientas que Grethel aporta al sector. Su formación como ingeniera le brinda una perspectiva única y su colaboración con un abogado con más de 20 años de experiencia en bienes raíces garantiza un enfoque legal sólido.
Uno de los aspectos notables de esta historia es la manera en que Grethel ha logrado compatibilizar su labor con sus responsabilidades de cuidado. Gracias a la flexibilidad de horarios y a la cooperación con sus clientes, ha encontrado un equilibrio que beneficia tanto su emprendimiento como a su hijo.
Al abordar los desafíos que enfrentan las mujeres cuidadoras que aspiran a emprender, Grethel sugiere una solución innovadora. Propone que los establecimientos educativos de los hijos proporcionen servicios de terapia o refuerzo académico, lo que permitiría a las madres cuidadoras contar con más tiempo y libertad para dedicarse a sus emprendimientos. Esta medida sería particularmente útil para aquellas sin redes de apoyo cercanas.